Análisis datos Paro registrado y EPA
Informe ASEMPLEO sobre afiliación, contratación y paro registrado. Enero 2015
La ralentización en la creación de empleo refuerza la necesidad de un cambio en las P.A.E.
ASEMPLEO señala que el mes de enero de 2015 nos deja el menor incremento de paro registrado desde 2007, manteniendo por decimosexto mes consecutivo una variación interanual negativa. En concreto, esta variación se sitúa en un 6% en este mes.
Los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social del mes de enero presentan una «normalidad» que, de no ser por la foto fija del mercado de trabajo español, con todavía 2,7 millones de parados más que al inicio de la crisis y 2,8 millones de afiliados menos que en el pico de la afiliación de pre-crisis, estaríamos hablando de un mes en un periodo de ciclo normal.
La destrucción de puestos de trabajo se mantiene en línea con un mes de enero que suele ser bastante desfavorable para el empleo. Sin embargo, estamos ante un nivel de destrucción de empleo muy inferior si los comparamos con periodos de crisis, lo que constata la senda de recuperación del mercado de trabajo. Durante el mes de enero se registró una destrucción de empleo de 199.902 afiliados, cifra que disminuye respecto a diciembre por las conocidas causas estacionales, y lo hace en la proporción que corresponde en todos los sectores, aunque el agrícola contribuye este enero de manera relevante. En concreto, Agricultura destruye empleo a un ritmo del 3,64%; Servicios lo hace a un ritmo del 1%; Construcción por su parte pierde cotizantes a un ritmo del 1,9%; e Industria los pierde a un ritmo del 0,9%.
La cuota de contratos indefinidos en el total de contratos del mes de enero sigue aumentando, al tiempo que el número total de contratos también lo hace, ambos respecto a enero de 2014. Mientras que los contratos totales avanzan a un ritmo del 8,6%, los indefinidos lo hacen a un ritmo del 21,9%. Entre estos últimos, los contratos a tiempo completo suponen 2/3 partes del total de contratos indefinidos.
Por género, el colectivo femenino se sitúa en 238.854 paradas, aumentando su cifra en 2,25% respecto al pasado mes de diciembre, mientras que el colectivo masculino aumenta su cifra de desempleados en un 1,20%.
Estos datos de paro registrado asientan una tendencia que ya se venía observando en los registros desde que se inició la recuperación laboral en nuestro mercado de trabajo hace ya un año: la «feminización del paro». En realidad, disminuye el paro registrado tanto entre los hombres como entre las mujeres, pero lo está haciendo mucho más rápidamente entre los hombres que entre las mujeres. El resultado de ello, que se va instalando poco a poco, es que en la actualidad el 53,2% del paro registrado afecta a las mujeres cuando a comienzos de la crisis este porcentaje era virtualmente el 50%.
Por edad, los jóvenes menores de 25 años disminuyen su cifra de parados en 3.018 personas, lo que representa una disminución intermensual del 0,78%. Concretamente, el colectivo sin empleo anterior disminuye su cifra de parados un 1,6. Es significativo que el grupo de desempleados menores de 25 años sea el responsable del 100% del descenso de parados en el colectivo sin empleo anterior.
En suma, los datos de enero reflejan un avance significativo hacia la reducción del nivel de paro y la mejora de la calidad del empleo. Puede ser cuestión de tiempo que la normalización plena llegue al mercado de trabajo español, pero desde Asempleo opinamos que estamos hoy más cerca de dicha normalización que hace un año, y no solo por el mero paso del tiempo, sino por el ritmo que observamos en los indicadores desde que dejamos atrás la recesión de 2013, sin que ello esconda las deficiencias estructurales de nuestro mercado de trabajo y la composición cualitativa del desempleo en términos de larga duración, cualificación inadecuada y orientación profesional insuficiente.
En definitiva, a pesar de la tendencia consolidada que nos acerca a una normalización del mercado laboral, no hay que olvidar los aún elevados niveles de paro registrados y la reducida afiliación. Por tanto, la ralentización en la creación de empleo refuerza la necesidad de llevar a cabo un cambio en profundidad en las políticas activas de empleo y, en especial, de los mecanismos que agilizan la intermediación laboral y permiten cubrir eficazmente las vacantes y el mejor ajuste entre puesto de trabajo y persona.