Análisis de la Encuesta de Población Activa (EPA)_Valoración
La Encuesta de Población Activa, correspondiente al primer trimestre de 2024, mantiene el mismo diagnostico que su trimestre predecesor. Pese a la corrección al alza del número de ocupados por parte del INE, que eleva el número de trabajadores ocupados en 177.000 personas en el año 2023 (+ 0,8%), la caída del empleo se eleva […]
La Encuesta de Población Activa, correspondiente al primer trimestre de 2024, mantiene el mismo diagnostico que su trimestre predecesor. Pese a la corrección al alza del número de ocupados por parte del INE, que eleva el número de trabajadores ocupados en 177.000 personas en el año 2023 (+ 0,8%), la caída del empleo se eleva a niveles de 2020 y el desempleo vuelve a dejarnos a las puertas de los 3 millones de desempleados.
Por tanto, 2024 comienza el año con un mayor debilitamiento del empleo, del que se esperaba. La población activa, pese a mantenerse por encima de los 24 millones de personas, cae en más de 20 mil personas. Como ya apuntábamos en el trimestre anterior, no parece que el techo máximo alcanzado en el tercer trimestre de 2023 se vuelva a superar.
Como sucede en los primeros y últimos trimestres, el empleo frena su crecimiento y reduce su cifra en 139.700 ocupados (-0,65%). Pese a la caída este trimestre, el empleo se mantiene por encima de los 21,2 millones, un 3,9% más que el año pasado.
El número de desempleados, por su parte, aumenta en 117.000 (4,1%), dejando el agregado en 2.97 millones. Llegados a escenarios que plantean un desempleo estructural cercano al registrado, es preocupante ver las cifras tan altas de parados que apenas han variado desde el inicio de la crisis financiera de 2008.
Este trimestre se han destruido 139.000 empleos respecto al cuarto trimestre del 2023, siendo el peor primer trimestre desde 2020 en términos absolutos de crecimiento y desde 2021 en términos relativos. Será importante ver el comportamiento en los trimestres centrales del año para ver que capacidad tiene el empleo de volver a cifras récord alcanzadas el pasado año.
En términos interanuales, es el segundo mejor dato en un primer trimestre desde el 2022, registrando un 3,9% respecto al 1,8% del primer trimestre del año anterior, lo que se traduce en 797.200 ocupados más que hace un año.
Actividades profesionales, científicas y técnicas, Administración Pública, Actividades financieras y de seguros y Agricultura, son las ramas de actividad que mayor volumen de empleo han perdido este trimestre. En concreto, estos cuatro sectores representan más de la mitad del empleo perdido este trimestre.
A estos sectores le siguen Actividades de los hogares, Industria Manufacturera, Comercio y Construcción. Por el contrario, Educación (+3,1%; +47.100), Información y comunicaciones (+5,7%; 43.700) y Hostelería (+1%; 17.700) son los sectores que mayor volumen de empleo han creado aunque no ha sido suficiente para compensar las demás caídas.
Si analizamos la evolución del empleo respecto al primer trimestre del año pasado, todas las ramas de actividad crean empleo excepto Administración pública, Actividades financieras y de seguros, actividades inmobiliarias, Agricultura, Educación Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y Actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico; actividades de los hogares como productores de bienes y servicios para uso propio.
Actividades sanitarias y de servicios sociales, Hostelería e Información y comunicaciones son las ramas que mayor volumen absoluto de empleo han creado respecto al mismo periodo el año anterior.
Si nos centramos en el empleo asalariado, tanto el sector privado como el público destruyen empleo este trimestre, al contrario de lo que sucedió en el trimestre anterior donde solo el privado absorbió toda la destrucción de empleo. En concreto, este trimestre se han destruido 69.800 empleos asalariados, de los cuales, 44.100 provienen de la destrucción de empleo del sector privado mientras que el sector público destruye 25.600. Por su parte, son los asalariados con contrato temporal los que destruyen empleo (-173.500) mientras que los indefinidos crean empleo (+103.700). Con todo, la tasa de temporalidad general se reduce este trimestre al 15,7%, registrando la menor tasa de temporalidad de toda la serie histórica, una vez más. El sector privado sitúa su tasa de temporalidad en el 12,3% mientras que el sector público sigue situando su tasa de asalariados con contrato temporal el 29,5%.
Por último, el número de parados aumenta este trimestre, dejando el agregado en los 2.977.900 desempleados. El año empieza con 208.400 parados menos que al año pasado, un -6,5%. Como ya se ha comentado, un mercado de trabajo que parece haber llegado al pleno empleo de sus capacidades no parece que traslade confianza a un agregado de desempleo que parece haber sido expulsado del mercado de trabajo en su mayoría.
Con todo, la tasa de desempleo vuelve a crecer al 12,3%, siendo la primera vez desde hace tres trimestres, que esta tasa sitúa por encima del 12%. Pese al mal comportamiento del desempleo este trimestre, son los jóvenes menores de 25 años los únicos que reducen su tasa de desempleo, situándola en un 27,7% respecto al 28,5% del trimestre anterior. Vuelve a preocupar el aumento en la tasa de desempleo de los mayores de 55 años que llevaban tres trimestres reduciéndola y que vuelven a registrar una tasa por encima del 11% este primer trimestre.
Otro factor que explica la lenta reducción del desempleo respecto a otros indicadores es la evolución del desempleo de larga duración. Este colectivo vuelve a reducir su cifra de desempleados (-1,9%), dejado el agregado en los 1,14 millones de personas. Sin embargo, si atendemos a la serie de desempleados que llevan más de dos años en el desempleo, se observa un aumento de 15.000 personas (+2%). Actualmente, los parados de larga duración representan el 38,5% del total de parados nacionales, cuando con los mismos niveles en 2009, el peso de este colectivo se reducía a la mitad.
Valoración de los datos de la Encuesta de Población Activa correspondientes al primer trimestre de 2024
Desde ASEMPLEO consideramos que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), para el primer trimestre de 2024 muestran una caída en el empleo más pronunciada de lo esperado, que nos lleva a niveles que no veíamos desde 2020 y que da cuenta de un comienzo de año con un claro debilitamiento en el mercado laboral.
El aumento del desempleo en 117.000 personas en el primer trimestre del año hace que la cifra total se eleve hasta los 2,97 millones, lo que nos pone, nuevamente, a las puertas de los tres millones de desempleados.
Entre los datos publicados por el INE resalta que la mitad de esta bajada en el empleo corresponde a los asalariados y solo en el caso de los temporales, ya que los asalariados indefinidos crean empleo. Esta situación aumenta las dudas sobre el tipo de trabajo a término indefinido que se crea en el país, mediado por el uso de los contratos Fijos Discontinuos, y que podría fomentar un debilitamiento estructural a largo plazo.
Pese a que la población activa se mantiene por encima de los 24 millones de personas, la EPA del primer trimestre del año muestra que este indicador cae en más de 20.000 personas y nos deja ver que el techo máximo alcanzado para el tercer trimestre de 2023 será muy difícil de superar.
No obstante, es relevante que el colectivo de menores de 25 años reduce sus datos de desempleo en un periodo que, en general, es malo para todos los colectivos. Esta es una buena noticia para este grupo poblacional que, pero sigue concentrando tasas de paro muy elevadas en comparación con países de nuestro entorno.
En contraposición, vemos que el colectivo senior es el que absorbe los mayores aumentos de desempleo para este trimestre de referencia y esto debería preocuparnos, ya que volver al trabajo en estas edades se convierte en una tarea compleja y que impacta directamente sobre la realidad social de las personas en sus últimos años de cotización antes de su jubilación.
Lo anterior se acentúa al constatar el aumento de las personas que completan más de dos años en situación de desempleo, que comienzan a ser expulsados del mercado laboral y que cada vez tienen menos alternativas para reengancharse en un trabajo.
Ante esto, desde ASEMPLEO reafirmamos nuestra apuesta por modelos de trabajo en los que la flexibilidad y la formación sean pilares fundamentales. Las Agencias de Empleo y las ETT son un vehículo de inclusión laboral, que no solo permite a las empresas cubrir sus necesidades de personal en casos puntuales, sino que ofrece a los trabajadores oportunidades ajustadas a sus competencias y necesidades.
Para Andreu Cruañas, presidente de ASEMPLEO, “de los datos que nos ofrece la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2024, confirmando el debilitamiento en la creación de empleo y el importante incremento del número de personas en desempleo, hay elementos cualitativos que deberían preocuparnos: ciertamente, la tasa de paro juvenil ha descendido ligeramente, pero seguimos liderando este lacerante déficit que tiene serias consecuencias para las personas, las empresas y la competitividad del paísa medio y largo plazo y que apunta directamente a las políticas educativas y a la imprescindible reformulación de las políticas activas de empleo que está acometiendo el SEPE, con especial atención a una orientación profesional eficaz y permanente y a la implicación de todos los agentes públicos y privados en su ejecución.
Y otro dato altamente inquietante es el incremento de los desempleados de larga duración, que ya suponen el 38,5% del total de la cifra cercana a los tres millones de desempleados, doblando la proporción existente en 2009, con una cifra de paro total similar. Teniendo en cuenta, además, que España tiene actualmente el mayor crecimiento de PIB de la Unión Europea, todo esto nos debería hacer pensar que pisamos arenas movedizas y que el contexto internacional de incertidumbre y conflictos no va a ayudar.”