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Asempleo señala la mejora de la calidad del empleo juvenil como el principal reto laboral de España para 2026

16 diciembre, 2025

La patronal de las Empresas de Trabajo Temporal y Agencias de Empleo en España, ASEMPLEO, ha señalado que la calidad del empleo juvenil será el principal reto laboral que afrontará nuestro país en 2026. El creciente desajuste entre la formación adquirida y las vacantes disponibles está generando un escenario de frustración y vulnerabilidad para la […]

La patronal de las Empresas de Trabajo Temporal y Agencias de Empleo en España, ASEMPLEO, ha señalado que la calidad del empleo juvenil será el principal reto laboral que afrontará nuestro país en 2026. El creciente desajuste entre la formación adquirida y las vacantes disponibles está generando un escenario de frustración y vulnerabilidad para la generación mejor formada de nuestra historia.

Muestra de este desequilibrio es que, actualmente, tres de cada diez jóvenes menores de 25 años trabajan en sectores como la restauración (16,6%) y el comercio (16,2%). Esta tendencia refleja, en muchos casos, la falta de opciones laborales alineadas con su formación académica, lo que obliga a muchos jóvenes a incorporarse a empleos que no requieren la cualificación adquirida. Ante esta realidad, la asociación hace un llamamiento urgente a la inversión en políticas activas de empleo que ofrezcan una respuesta real a los jóvenes.

Según ASEMPLEO, la configuración actual de nuestra estructura económica genera un círculo vicioso: mientras la inversión en educación superior y profesional crece, esta realidad choca con un muro de ofertas laborales de baja intensidad, lo que impide la consolidación de trayectorias profesionales estables y bien remuneradas.

Estos datos están reflejados en el monográfico, Jóvenes y desajuste laboral, donde ASEMPLEO subraya que “España cuenta con una generación joven ampliamente formada, pero su potencial se despliega en un mercado laboral cuya estructura sectorial y ocupacional no acompasa el aumento del nivel educativo”.

 

Estancamiento pese al récord de actividad

Si bien sectores como la hostelería o la venta minorista han sido tradicionalmente puertas de entrada al mercado laboral para los menores de 25 años, preocupa que la evolución hacia empleos de mayor calidad esté estancada. Este freno contrasta con el dinamismo del mercado: en septiembre de este año, España alcanzó su máximo histórico de población activa, superando los 25 millones de personas.

Los jóvenes españoles constituyen el segmento de la fuerza laboral que más ha elevado su nivel formativo en los últimos 11 años (2014-2025). Los menores de 25 años con educación superior han pasado de unos 340.000 en 2014 a casi 620.000 en 2025.

“Esta situación provoca desajustes persistentes entre la formación y el empleo efectivo, y explica, en parte, la mayor incidencia de sobrecualificación, infrautilización de competencias y desempleo juvenil estructural, que sigue siendo uno de nuestros lastres como país”, ha destacado Andreu Cruañas, presidente de ASEMPLEO.

 

Una devaluación temprana del talento y el reto de la IA 

Los datos analizados por ASEMPLEO, basados en la última EPA, muestran un escenario preocupante: entre los menores de 25 años, solo el 55,6% considera que su nivel de estudios se ajusta a su empleo, mientras que un 34,9% afirma disponer de una formación superior a la requerida.

Esto evidencia que la “inserción laboral inicial continúa caracterizándose por un acceso predominante a sectores y ocupaciones de baja intensidad formativa. La fricción entre formación y tipo de empleo desempeñado abre una fase temprana de devaluación competencial que afecta especialmente a los jóvenes recién incorporados”, ha agregado Cruañas.

La realidad detrás de las cifras revela una precariedad cualitativa alarmante. El 29,2% de los jóvenes de entre 16 y 34 años está sobrecualificado para su puesto, una cifra que se dispara al 35% en los menores de 25 años. La situación es aún más crítica para aquellos que, tras una primera experiencia laboral, se han quedado sin empleo: en este colectivo, la tasa de sobrecualificación alcanza el 41,1%, confirmando que el primer contacto con el mercado laboral suele ser una puerta giratoria hacia puestos que no requieren la formación adquirida.

A este escenario de precariedad se suma un nuevo muro tecnológico: la Inteligencia Artificial está rompiendo el tradicional acceso al mercado laboral. Datos recientes del OCDE Employment Outlook 2025 ha explicado que la inactividad juvenil representa un importante lastre para el talento potencial en varios países de la OCDE. En nueve economías —incluyendo España, Colombia, Costa Rica, Grecia, Italia, Corea, Lituania, México y Turquía—, más del 15% de los jóvenes se encuentra en la categoría de «ni estudia, ni trabaja, ni recibe formación», los conocidos como “Ninis’.

Esto sitúa a la juventud española ante una tormenta perfecta: tener más estudios ya no protege contra la automatización, sino que paradójicamente aumenta el riesgo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta que, en economías avanzadas como la española, hasta un 60% del empleo está expuesto a la IA. El desafío de la IA se intensifica al observar el comportamiento de las grandes corporaciones, precisamente donde los jóvenes cualificados deberían encontrar sus mejores oportunidades. Según el informe Indicadores de uso de Inteligencia Artificial en España 2024, las grandes empresas (con más de 249 empleados) son con diferencia el grupo con mayor penetración de IA, alcanzando un uso del 44%. Esto empuja a los jóvenes a buscar primeros trabajos en sectores de menor cualificación y, por ende, mayor vulnerabilidad y menor calidad.

Esta automatización de procesos en las principales locomotoras económicas del país cierra la puerta de entrada a los perfiles recién graduados, que deberían ser absorbidos por ellas. Otras empresas como IDC, en su informe de diciembre de 2025 expuso que ya un 62% de las empresas españolas aseguran haber reducido o frenado la contratación de perfiles junior.

La mejora en la tasa de desempleo de los últimos años no debe ocultar el gran reto de la calidad. Estamos ante una infrautilización sistemática del capital humano con graves costes económicos y sociales a largo plazo.

“España no puede permitirse que su juventud, tras años de esfuerzo académico, se vea forzada a competir por puestos que no valoran su cualificación. Es imperativo reorientar las políticas de empleo para que la demanda laboral se acompase a la oferta formativa”, ha concluido Cruañas.

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