El paro de muy larga duración sigue manteniéndose por encima del 10% en España
En la actualidad, el paro de larga duración en España representa el 41,7% del total del desempleo en España Este 41,7% se traduce en 1.305.000 desempleados con más de un año buscando un empleo 3 de cada 10 desempleados llevan más de 2 años buscando un empleo (27,8%), más de 10 puntos por encima de […]
- En la actualidad, el paro de larga duración en España representa el 41,7% del total del desempleo en España
- Este 41,7% se traduce en 1.305.000 desempleados con más de un año buscando un empleo
- 3 de cada 10 desempleados llevan más de 2 años buscando un empleo (27,8%), más de 10 puntos por encima de cualquier otro indicador colectivo
- A mayor edad, más dificultades se tiene para encontrar un empleo. Más de la mitad del desempleo mayor de 50 años lleva más de 1 año en el desempleo
- Son las mujeres las que mayor proporción de parados de larga duración tienen con un 42,6% frente al 40,6% de los hombres
- Casi el 12% de los parados de larga duración buscan su primer empleo
- La tasa de paro de las personas que llevan más de 1 año buscando un empleo se sitúa en el 5,5%, muy alejada de valores 2007 (1,8%)
- Al finalizar el año 2022, España presentaba 306.300 personas que llevaban más de 4 años en el desempleo
- España se sitúa en la media del peso del desempleo de muy larga duración en Europa, pero con la tasa de paro más elevada de la UE
La recuperación de la economía y el empleo en España no parece arrastrar a todo el conjunto de indicadores económico-laborales de los que ha padecido y sigue padeciendo en este momento. El desempleo, la gran asignatura pendiente en nuestro país, sigue mostrando resistencia a alejarse mucho de la barrera de los 3 millones de parados.
Uno de los factores que inciden directamente en este problema es el perfil de los parados que forman el total del agregado en este país. El paro de larga duración es un serio problema endémico que soporta la economía española desde mucho antes del inicio de la crisis económica de 2008. De hecho, en 2007 este colectivo ya representaba el 25% de la población desempleada. En la actualidad este porcentaje se ha multiplicado hasta el 40%, llegando a alcanzar un peso por encima del 60% en el algún momento de la serie histórica.
Este hecho no sólo pone el riesgo la trayectoria profesional, la experiencia y la empleabilidad de las personas, si no que en personas mayores de 50 años puede agravarse el problema ante la tesitura de encontrarse en la última etapa de cotización para la jubilación. Pensemos que un parado de larga duración es un desempleado que lleva más de un año buscando un empleo. En el periodo de 2 años este trabajador puede seguir cobrando algún tipo de prestación, pero una vez superado este periodo es cuando la persona desempleada puede quedarse sin ningún tipo de protección, empeorando si cabe, aún más, la situación personal del afectado.
Y esto sucede con el 10% del desempleo que hay en España, ya que en la actualidad existen más de 300.000 personas que llevan más de 4 años buscando empleo sin éxito.
Para Andreu Cruañas, Presidente de ASEMPLEO, “es imprescindible movilizar todos los recursos, tanto públicos como privados, para poder dar una solución a un gran colectivo de personas que, siendo activas en la búsqueda de empleo, no encuentran la forma de encajar en un mercado laboral que ofrece pocas posibilidades a un gran parte de nuestra fuerza laboral.
Debemos ser capaces de abrir nuevas pasarelas al empleo a miles de personas que quieren y pueden trabajar. Los servicios profesionales privados en materia de intermediación en España han demostrado ser capaces de poder hacer frente, en momento de incertidumbre, a las necesidades de las empresas poniendo a su disposición el capital humano necesario.
Una menor limitación regulatoria en la contratación, unida a facilidades coyunturales en la cotización ligada al ingreso o regreso al mercado de trabajo, en algunos casos, podría traducirse en mayor y más rápido acceso para colectivos de difícil inserción al mercado de trabajo, mejorando la competitividad del país y mejorando la empleabilidad de personas expulsadas del mercado de trabajo, resolviendo, acompañados de medidas personalizadas de formación, la carencia de los candidatos que están demandando sectores como el turismo, la logística, la construcción o la industria alimentaria, entre otros.”