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Artículo Andreu Cruañas en Ejecutivos

3 octubre, 2017

Ejecutivos

Un mercado laboral más eficiente, es posible

La recuperación económica y laboral está haciendo que el sector del empleo crezca en los últimos años. En especial, en lo que a volumen de contratación se refiere. En este sentido, hemos pasado de 2,7 millones de contratos celebrados antes de la crisis (2007) a cerca de 3,5 millones en 2016 y todo indica que 2017 marcará un nuevo récord, quedando próximos a los 4 millones de contratos firmados (el sector registra en la actualidad un crecimiento interanual del 13 %).

La rama de actividades relacionadas con el empleo, ha sido un importante motor de crecimiento de la ocupación en España, convirtiéndose en la que más trabajo ha creado de forma directa desde 2012 hasta la actualidad. Hablamos de un sector cuya capacidad de generación de empleo va más allá de lo que es capaz de crear por sí mismo, ya que su labor es intermediar en la contratación de personal en el resto del entramado sectorial. Y crea empleo con garantías de calidad para los trabajadores, que es lo que la sociedad y los agentes sociales llevamos demandando desde que dejamos la fase de recesión de la economía.

Adicionalmente, los datos y la experiencia que nos muestran los países de nuestro entorno, evidencian que una mayor penetración de los agentes profesionales y regulados, como son las Agencias de Empleo en la intermediación laboral, podría beneficiar al mercado de trabajo español. Favorecería el ajuste de la tasa de temporalidad (los países de la Unión Europea que registran las mayores tasas de penetración del sector, presentan también tasas de temporalidad más ajustadas), nos llevaría a una reducción significativa de la tasa de paro y además, se presenta como el instrumento más eficaz para la inclusión de los colectivos de desempleados con más riesgo de exclusión, como son los parados de larga duración o los mayores de 45 años.

Sin embargo, el nivel de intermediación de las Agencias de Empleo en el mercado laboral español, se sitúa en niveles muy bajos en comparación con los principales países de la Unión Europea (la tasa de intermediación española se sitúa en el 0,6 % en 2015, mientras que la de la UE-15 se encuentra en el 1,9 %).

En el momento en que nos encontramos, con una creación de empleo fuerte y que, de momento, se prevé sostenible aunque más sostenida, el debate imperante en el mercado laboral es la calidad del trabajo que se crea. ¿Por qué no favorecer los canales que garantizan esa calidad en el empleo?

Nuestra economía puede y seguirá creando puestos de trabajo en el próximo año, pero las características de este empleo dependerán y mucho, del marco regulatorio. Necesitamos un mercado laboral más eficiente y eso pasa por una legislación que incluya a las nuevas fórmulas de empleo que están surgiendo con la revolución digital y por supuesto, que propicie la intermediación profesionalizada y persiga el empleo no declarado y otras formas de empleo de dudosa legalidad.

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